Raro, de lo m\u00e1s raro, es lo que nos est\u00e1\nsucediendo. Hace un par de horas est\u00e1bamos m\u00e1s arriba de los 4 mil metros, en\nEl Alto, sobre la ciudad de La Paz, en los Andes silenciosos. Ahora vamos sobre\nuna canoa en el Amazonas de Bolivia, sumidos en el alboroto de la selva, con\ngrandes caimanes que se lanzan al r\u00edo Ibare apenas nos divisan, y aves\nsolemnes, de todos colores, que cruzan el r\u00edo sobre nuestras cabezas, casi\ndanzando, y luego se posan sobre alguna rama como esperando el aplauso. <\/p>\n\n\n\n
Imposible mover las manos para aplaudir. Toda nuestra emoci\u00f3n, toda nuestra energ\u00eda la hemos gastado en vivir \u2013puertas adentro, muy adentro en el alma\u2014un espect\u00e1culo que nos parece un milagro poder presenciar todav\u00eda. Pareciera que nada hubiese cambiado aqu\u00ed en millones de a\u00f1os, salvo por nuestra canoa y su tap-tap que corta apenas el espeso ruido del r\u00edo y de la selva. <\/p>\n\n\n\n
Pero hay hombres por aqu\u00ed \u2013un pu\u00f1ado de ind\u00edgenas moje\u00f1os en la inmensidad–, y unos pocos que nos esperan en las aguas del Mamor\u00e9. Este es un ancho r\u00edo que forma parte del gran Madeira, con casi dos mil kil\u00f3metros, que recoge aguas en Bolivia para llevarlas al Amazonas. Por eso, una de las teor\u00edas es que el Amazonas nace en el Altiplano. Quienes nos esperan en el Mamor\u00e9 est\u00e1n a bordo del Reina de En\u00edn, un hotel flotante, un \u201cflotel\u201d, que por su figura podr\u00eda confundirse con los barcos que hemos visto en el Mississippi. La diferencia es que la parte inferior es un moderno catamar\u00e1n met\u00e1lico, de inspiraci\u00f3n polin\u00e9sica, el cual le permite navegar con libertad, gracias a su doble casco, sobre las cambiantes aguas de la mayor zona selv\u00e1tica del planeta. <\/p>\n\n\n\n
No tenemos prisa por llegar al Reina de En\u00edn. Quisi\u00e9ramos prolongar la emoci\u00f3n del viaje sobre la peque\u00f1a canoa. Sigue avanzando bajo un sol tibio y luminoso, como otro ser vivo, casi sin interrumpir el emocionante concierto del r\u00edo.<\/p>\n\n\n\n
–\u00bfQuieren ir a pescar pira\u00f1as en una laguna del Mamor\u00e9?\u2014pregunta Juan, el piloto, que por un momento ha dejado de bromear y re\u00edr.<\/p>\n\n\n\n
–Depende del riesgo\u2014responde el m\u00e1s prudente, mientras los dem\u00e1s preferimos guardar silencio.<\/p>\n\n\n\n
Juan nos explica que no hay riesgo alguno, salvo que alguien est\u00e9 herido o sangrando. Las pira\u00f1as del Mamor\u00e9 son m\u00e1s sabrosas que peligrosas, y eso podr\u00edamos comprobarlo al d\u00eda siguiente. Ahora, nuestra urgencia es instalarnos en el Reina de En\u00edn, navegar trechos del largo y ancho Mamor\u00e9, conocer a los ind\u00edgenas moje\u00f1os, hacer cabalgatas en una estancia del Beni o nadar en la piscina de redes que tiene el flotel. <\/p>\n\n\n\n
Pero, sobre todo, hay que dejar tiempo para que el\nsonido de la selva penetre por nuestros o\u00eddos, especialmente cuando se apaga el\nsol. As\u00ed, probablemente, descubriremos al hombre salvaje que duerme bajo la\npiel de cada uno, y nos acercaremos misteriosamente al principio de los tiempos. Por eso, m\u00e1s que un\nviaje a lo desconocido, el Reina de En\u00edn nos promete un viaje de regreso, remontar el r\u00edo por la\nnoche, y as\u00ed surcar sin esfuerzo nuestras vidas pasadas, que parecen venir,\ntumultuosas, hasta sorprendernos. <\/p>\n\n\n\n
La Reina de En\u00edn dif\u00edcilmente existir\u00eda sin un\nlicenciado boliviano, sencillo y culto, llamado Jorge Rivera. Es el rey de\nEn\u00edn, nombre que algunos daban a esta regi\u00f3n de la cuenca amaz\u00f3nica. Rivera ha\nsido capaz del milagro de amar su empresa de turismo tanto como la vida\nsilvestre; de respetar a los ind\u00edgenas que habitan la regi\u00f3n, como a los\nturistas de todo el mundo que llegan a conocerlps. Mano a mano con los\nind\u00edgenas moje\u00f1os y yurakar\u00e9 planifica las visitas, desarrolla proyectos\nartesanales, da conferencias a los pasajeros. Hay canadienses, neozelandeses,\naustralianos, norteamericanos. Se habla de los ind\u00edgenas moje\u00f1os con un moje\u00f1o\nsentado a la mesa, explicando su cultura, su dignidad, las indignidades a que\nfueran sometidos en \u00e9pocas que no son remotas. <\/p>\n\n\n\n
Rivera nos recibe en el portal\u00f3n del flotel, con\nuna sonrisa infinita que brota sorpresivamente entre sus bigotes blancos. Y a\nsu lado est\u00e1 su mujer, Mara Romero, una espa\u00f1ola joven y linda, instalada en el\nBeni, beniana antes que boliviana. Ella acaba de volver de Madrid, donde estuvo\npromoviendo el flotel. Su marido viene de Chile, donde hizo acuerdos\ncomerciales con Lloyd A\u00e9reo Boliviano y agencias de viajes de Santiago\npara ofrecer tours que oscilan entre 600y\n800 d\u00f3lares, por siete a 10 d\u00edas en la Amazonia y otros lugares excepcionales\nde Bolivia, como un refugio sumido en un valle de la cordillera Oriental,\nSucre, Cochabamba, Santa Cruz, la Isla del Sol, en el Titicaca (ver recuadro.)<\/p>\n\n\n\n
Se quieren dejar en claro que Bolivia es mucho m\u00e1s\nque \u201cel pa\u00eds del Altiplano\u201d, como se dice siempre y muchos terminan creyendo.\nS\u00f3lo un tercio de su territorio lo forma el Altiplano. Otro tercio es tierra\nbaja, tierra de aguas, selv\u00e1tica, amaz\u00f3nica, c\u00e1lida. La Amazonia Boliviana\ntiene un mill\u00f3n de hect\u00e1reas, m\u00e1s de 2 mil especies de plantas, 46 de\nmam\u00edferos, 300 de peces, 218 de aves…Y el tercio restante del pa\u00eds se reparte\nentre ciudades bajas llenas de historia, con muchas de las mujeres m\u00e1s lindas\nde Latinoam\u00e9rica \u2013como son las de San Cruz, pobres o ricas, campesinas o\ncortesanas–, y gran parte de ese territorio con parques nacionales, entre\nmonta\u00f1as, como el Ambor\u00f3, que por s\u00ed solo tiene m\u00e1s diversidad de nichos\necol\u00f3gicos que un pa\u00eds como Costa Rica. <\/p>\n\n\n\n
El Reina de\nEn\u00edn \u2013un ecologyc cruiser– representa un importante esfuerzo para\n\u201cvender\u201d la Amazonia boliviana (el Beni.) Tiene sus camarotes con ba\u00f1os\nprivados, aire acondicionado, algunas camas matrimoniales, y espacio suficiente\npara llevar 14 personas en una aventura sin m\u00e1s riesgos que enamorarse de lo\nque creemos inalcanzable. <\/p>\n\n\n\n
Este barco navega todo el a\u00f1o. De mayo a octubre, aproximadamente, la \u00e9poca seca, se forman playas en los r\u00edos, es posible hacer muchas caminatas. Los mosquitos casi no molestan. El resto del a\u00f1o, que es \u00e9poca de aguas, se navega mucho, y m\u00e1s lejos. En bote se exploran arroyos y lagunas distantes. Hay menos opciones de caminatas, y el pasajero debe ir preparado para combatir los mosquitos, y as\u00ed disfrutar plenamente del viaje.<\/p>\n\n\n\n
Ambas \u00e9pocas tienen atractivos, aunque diferentes.<\/p>\n\n\n\n
Al segundo d\u00eda, Juan cumple con su promesa de\nllevarnos a pescar pira\u00f1as. En un peque\u00f1o bote a motor navegamos cerca de una\nhora hacia un lugarejo del Mamor\u00e9 llamado Villa del Carmen, donde s\u00f3lo vive una\nfamilia. Es temprano, y alcanzamos a ver asomados algunos capibaras o\ncarpinchos, los mayores roedores del planeta. Tienen el tama\u00f1o de un cerdo y\ncara de cuye. Pasaron la noche cerca del agua para protegerse de los ataques nocturnos del jaguar.<\/p>\n\n\n\n
Cerca de la embarcaci\u00f3n pasan delfines de r\u00edo\njugando como ni\u00f1os. <\/p>\n\n\n\n
Es la maravilla de ver despertar la Amazonia. <\/p>\n\n\n\n
Bajo una choza de bamb\u00fa y paja, en Villa del\nCarmen, nos protegemos de un largo chaparr\u00f3n. Juan disfruta la lluvia mientras\nachica el agua del bote, y luego camina un kil\u00f3metro selva adentro para\npreparar una piragua, en la orilla de una laguna, donde haremos nuestra pesca.\nAl poco rato regresa para seguir achicando el agua del bote. El diluvio anda\npor la Amazonia. Y cuando ya damos por fracasado nuestro encuentro con las pira\u00f1as,\ndebido a la lluvia fr\u00eda que viene del sur, el hombre mira al cielo y anuncia:\n\u201cEn cinco minutos m\u00e1s nos vamos a la piragua\u201d.<\/p>\n\n\n\n
Lo que parec\u00eda imposible sucede. Las nubes dejan\nde echar agua, sale el sol y nosotros iniciamos la marcha \u2013todav\u00eda incr\u00e9dulos\u2014tras\nlos pasos seguros de Juan, con pies desnudos, repletos de barro, y la boca\nllena de sonrisas.<\/p>\n\n\n\n
Llegamos a una laguna repleta de nen\u00fafares\nfloridos, con las aguas m\u00e1s claras que las del Mamor\u00e9, que hierven de pira\u00f1as color salm\u00f3n. Algunas\nalcanzan los 25 cent\u00edmetros de largo, y\nalgo menos de ancho. Aparecen cuatro ca\u00f1as con carne cruda en los anzuelos, y\nse inicia una dura competencia de qui\u00e9n es m\u00e1s r\u00e1pido: la pira\u00f1a que muerde,\ntraga como hambriento y huye, o nuestra mano inexperta que sube bruscamente la\nca\u00f1a cuando siente el primer tir\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n
Resultado: cuarenta carnadas que desaparecen en\npoco rato, y s\u00f3lo una docena de pira\u00f1as fuera del agua. Pero alcanzan para una\ncena de exquisito sabor, con muchas espinas (m\u00e1s el condimento irrepetible de\nla aventura.)<\/p>\n\n\n\n
Por la noche, otros se van a observar caimanes. A\n\u201ccaimanear\u201d. La linterna de Juan descubre f\u00e1cilmente grandes ojos que se\nencienden en la oscuridad. Si el caim\u00e1n no es de gran tama\u00f1o, nuestro amigo se\ndesembarca entre tinieblas y lo atrapa por sorpresa y hace una sobresaltada\nsesi\u00f3n de fotograf\u00edas con los pasajeros del flotel. <\/p>\n\n\n\n
Luego, el caim\u00e1n es devuelto a las aguas del\nMamor\u00e9, para que siga viviendo su historia sin fin, asustando a los visitantes.\nO entusiasmando a quienes \u2013por un mandato ancestral\u2014desean ver de cerca este\nmundo. <\/p>\n\n\n\n
No es un mundo cualquiera. De \u00e9l, nuestros remotos\nabuelos prefirieron emigrar, dejando atr\u00e1s millones de a\u00f1os de vida primitiva.\nPero lo que ocurriera aqu\u00ed (o en otra selva semejante del planeta,) pareciera\nque nunca se borra por completo, y cuando pisamos territorios como el del\nMamor\u00e9 sentimos un fuerte tir\u00f3n de algo que puede ser nuestra memoria gen\u00e9tica.\n<\/p>\n\n\n\n
El flotel Reina de En\u00edn, y otros como \u00e9l, pueden\nactuar como buques fantasmas del Amazonas. Se nos aparecen para recordarnos lo\nque somos. O lo que nunca deber\u00edamos dejar de ser si lo que queremos es salvar\nal planeta y al mismo Hombre. <\/p>\n\n\n\n
M\u00e1s que un puro turismo ecol\u00f3gico y de aventura,\nlo que aqu\u00ed nos ofrece la hermosa Bolivia es una tentadora invitaci\u00f3n a\ndescubrir el Mamor\u00e9 que todos llevamos dentro.<\/p>\n\n\n\nVer texto publicado en revista en formato PDF<\/em><\/small>\n\n\nBeni<\/a>\n Se viven los mejores sue\u00f1os de ni\u00f1o y muchas glorias del buen viajero […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":4501,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[46,119],"tags":[53],"class_list":["post-1786","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-america","category-bolivia","tag-viajar-latino"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1786","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=1786"}],"version-history":[{"count":5,"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1786\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":4507,"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1786\/revisions\/4507"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/media\/4501"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=1786"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=1786"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.ganderats.cl\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=1786"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}